About This Project

A mí, en está época digital en que hay superávit de dispositivos para captar imágenes, cada vez me gustan más los procesos lentos, manuales y alternativos. Y uno de los procedimientos fotográficos más básicos es la Cianotipia, no hace falta ni cámara!. Es más fácil que hacer una buena tortilla de patatas o un buen pan con tomate y si no me crees busca en Google y verás que llevas años dándote excusas baratas de falta de medios, cuando lo que necesitabas realmente era hacer cianotipos. Dicho esto, debes saber que hacer cianotipos se aprende en cualquier tutorial de diez minutos (en internet hay miles) pero, una cosa es saber cómo se hace y otra es ser capaz de hacer algo creativo y coherente con este procedimiento inventado en 1842 por John Herschel. Es como si pudiéramos tener el mismo pincel que tuvo Picasso pensando que con eso basta…, la creatividad no está en la herramienta, y pintar es algo más que tener un pincel.

Pues eso, estaba yo este último año experimentando con la cianotipia cuando llego la primavera y me hizo ver mi pequeño jardín totalmente verde, y me dije: esto está pidiendo a gritos una versión en azul de Prusia. Y así fue como, sin gastar un euro en desplazamientos por el planeta y con la mejor intención, empecé el proyecto “Este verde yo lo veo azul”

La primavera fue el detonante y, evidentemente ese será el plazo para la realización de este proyecto, que finalizará con la primavera el próximo 21 de junio de 2019.

El objetivo es captar la esencia de mi pequeño jardín a través de composiciones vegetales de plantas que crecen en él. Evidentemente cada pieza es una abstracción bidimensional de las plantas originales y en su síntesis busco la esencia formal de su estructura y personalidad. Al ser una fotografía por contacto y a escala 1:1 el tamaño sí que importa, algo que me permite elaborar composiciones con diferentes plantas a través de la relación formal entre ellas, sin preocuparme de sus diferentes tonos de verde ya que la cianotipia iguala toda la obra, creando piezas singulares donde el azul infinito nos revela matices insospechados por medio de diferentes intensidades y degradados que crea la luz solar.

Este proceso es lento, pero a la vez es trepidante, ya que el tiempo en que se crea la composición debe ser rápido para que los modelos no se deterioren. Después, la exposición puede oscilar desde 10 minutos a varias horas.

Estas obras son únicas e irrepetibles y han sido creadas sin prisas sobre papel de acuarela de algodón, paladeando cada momento para que, como los buenos perfumes, contengan la esencia misma de todas las plantas de mi pequeño jardín.